UGANDA
Uganda es uno de los países que acoge al mayor número de refugiados de toda África, con más de 1,5 millones de personas que han huido de conflictos en la República Democrática del Congo (RDC), Burundi, Sudán del Sur y Somalia. El COVID-19 provocó el cierre de escuelas durante 83 días, creando un impacto devastador en la educación y el bienestar de los niños y niñas en Uganda, con un 30% estimado de los niños y niñas que no han vuelto a la escuela tras los cierres. Esto ha afectado de forma desproporcionada a las niñas y a los y las refugiados/as quienes fueron ignorados en las intervenciones estatales referentes a la educación.
La falta de acceso a las tecnologías de la comunicación ha excluido a la mayoría de los niños y niñas de Uganda de las oportunidades de aprendizaje en remoto. 1 de cada 5 niños/as siguen sin ir a la escuela primaria en Uganda y solo el 28% de los niños/as van a la escuela secundaria. El alto número de niños/as sin escolarizar ha provocado un aumento en la violencia de género, el matrimonio infantil, el trabajo infantil y la explotación, y parte de ello se debe a la ausencia de agentes protectores como lo son las escuelas.
20%
De los niños y niñas completan la educación primaria.
1,5 millones
De personas han huido hacia Uganda debido a los conflictos que azotan sus países vecinos.
25%
De las niñas se quedan embarazadas antes de cumplir los 19.
Empezamos a trabajar en Uganda en marzo de 2018, inicialmente para dar respuesta a la crisis de refugiados ya que Uganda continúa siendo el país que más refugiados acoge de toda África. Desde entonces nuestros programas se han expandido para centrarse también en apoyar a niños y niñas vulnerables en comunidades remotas y marginadas alrededor de Uganda para acceder a una educación de calidad.
Desde Street Child y junto a nuestros socios locales hemos establecido y abastecido satisfactoriamente 9 centros de aprendizaje en lenguas en el asentamiento de refugiados de Kyaka III. El programa utiliza la metodología de Enseñanza al Nivel Adecuado (TaRL por sus siglas en inglés), educando y agrupando a los/las estudiantes según su nivel y no su edad. Este proyecto ha apoyado a 4.461 estudiantes, enseñándoles conocimientos básicos de lectoescritura para permitirles volver al sistema educativo formal.
Tras los logros de este programa, con el 90% de los/las participantes transicionando a la educación formal, Street Child ha asegurado nueva financiación para escalar este proyecto en los asentamientos de refugiados de Kampala y Palabek.
En el asentamiento de refugiados de Palabek, en colaboración con la iniciativa global Education Cannot Wait, hemos apoyado a 7.082 estudiantes a reinsertarse en la educación. Street Child ha construido 7 aulas y múltiples instalaciones de saneamiento, además de formar a 138 profesores/as. Adicionalmente, hemos equipado con paquetes de material varias escuelas y hemos distribuido 115 dispositivos de asistencia a niños y niñas con discapacidad para garantizar que el mayor número posible de ellos permanezca seguro, en la escuela y aprendiendo.
Tras los largos cierres de las escuelas provocados por el COVID-19, Uganda experimentó un aumento en los embarazos adolescentes. Un estudio llevado a cabo por el Ministerio de Educación mostró que el 97% de las jóvenes que se habían quedado embarazadas habían abandonado sus estudios.
Para promover la reinserción de estas jóvenes madres en el sistema educativo, Street Child utiliza un currículum basado en actividades diseñado para mejorar la lectoescritura y las matemáticas. Durante un curso de 6 meses, las madres adolescentes atienden sesiones en grupo en sus comunidades donde pueden llevar a sus hijos/as. Estas sesiones tienen como objetivo desarrollar sus habilidades en el aprendizaje y empoderarles para que tengan la confianza necesaria para volver a la escuela.
Creemos que apoyar a organizaciones locales y promocionar el conocimiento local es esencial para implementar intervenciones efectivas y eficientes que permitan a su vez tener un impacto sostenible a largo plazo. Actualmente trabajamos con 6 contrapartes locales para implementar programas de desarrollo humanitario en todo el país.
Trabajamos a través de contrapartes locales que implementan a un bajo coste, intervenciones duraderas y con impacto real en las comunidades o grupos para quienes la educación no ha sido una opción. Desde que empezamos a trabajar en Uganda en 2018, este enfoque nos ha permitido expandir nuestro trabajo en educación, medios de vida y protección infantil.
70.728
Niños y niñas alcanzados, de las cuales 38.176 son niñas.
27.671
NIños y niñas beneficiados gracias a la mejora de escuelas,
14.099
Adultos/as apoyados con formación en crianza positiva y género.
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